COMENTARIOS SOBRE EL GISAS
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5 comentarios
GISAS -
En segundo lugar, creemos que no es correcto hablar de naciones oprimidas plenamente capitalistas. En un país capitalista el poder está en manos de la burguesía financiera que, por un proceso de revolución burguesa (por la vía revolucionaria o por la vía reformista), se ha impuesto a la terratenencia feudal. En los países del Tercer Mundo la semifeudalidad, aunque vieja y caduca, subsiste, persiste, subyace, marcando a cada país «desde sus bases más profundas hasta sus más elaboradas ideas» (A. Guzmán)
En el caso concreto de Canarias, está claro que la burguesía canaria no puede ser equiparada a una burguesía financiera (bancaria + industrial); se trata de una burguesía compradora, mero apéndice de la burguesía imperialista que ejerce su dominación económica en la colonia.
El problema en este caso consiste en explicar el proceso que tiene lugar desde los años sesenta en adelante. Hasta los años sesenta, tanto en Canarias como en España subsiste con más o menos claridad la semifeudalidad, en la vieja forma. Desde los años sesenta, se mantiene el carácter colonial (en España semicolonial) y semifeudal bajo nuevas modalidades. No se podría mantener el viejo contenido si no se desarrollasen nuevas formas. La lucha de clases lo exige: exige que lo viejo tome nuevas formas para seguir subsistiendo. Por tanto, investigar el capitalismo burocrático quedándose en las viejas modalidades de la semifeudalidad es meterse en un callejón sin salida. Y eso es lo que nos había sucedido en Canarias: creíamos que sólo podía subsistir la semifeudalidad bajo las viejas modalidades de los años 30 50. Sin embargo, ahora hemos comprendido que la semifeudalidad hay que entenderla más allá de si existe o no trabajo asalariado. Más aún, hay que entenderla más allá del propio sector agrario. Y eso es lo que estamos haciendo.
Teguise -
Jesus -
JOHANN SVENSON, MADRID -
Vengo del país menos corrupto del mundo, Dinamarca, y veo lo que para en España. Muchos niños copian en los exámenes; muchas personas no respetan las filas y quieren colarse; otras devuelven artículos usados y dicen que están defectuosos para que les devuelvan el dinero; muchas engañan a Hacienda. Muchas personas cogen bajas laborales sin motivo; otras en horario de trabajo, hablan por teléfono y entre sí de cosas que no tienen que ver con el trabajo; algunos cogen artículos de su empresa y se los llevan a casa. Muchos funcionarios llegan tarde al trabajo, hacen cuatro pausas de café o se marchan antes de la hora. Hay muchos políticos implicados en casos de corrupción de los que no pillan ni a la mitad. Muchos empresarios hacen quiebras fraudulentas, pero antes han enviado su dinero a Suiza y luego piden dinero al Gobierno para reflotar su empresa. Lo peor de todo es que estas personas lo cuentan a sus amigos como si fuera una hazaña. Mucha gente que se queja de la corrupción política no actúa diferente a ellos. Esto sería impensable en mi país. Pero España es para los españoles el mejor país para vivir, ¿o no?
Santiago -